CreÃamos haber conseguido un avance real cuando el primer sujeto de pruebas se levantó, después de la reanimación de cadáveres a través de impulsos eléctricos. No sentimos que hubo un error hasta que el sujeto de pruebas atacó a los médicos y enfermeros que lo monitoreaban... Luego de eliminarlo, nos tomó años retomar la investigación y entender que la equivocación que habÃamos cometido en ese entonces fue perturbar el sueño eterno de los muertos...
Ronald Hernández Campos